Y yo que ya tenía pensado no escribir... No, hoy lo necesito. Mucho más que nunca. Sí, hoy es el día en el que hace falta madurar, ya sea porque estoy con la garganta destrozada o porque las cosas se están poniendo serias, pero hoy hace falta detenerse y madurar. Y es que madurar, al contrario de lo que ciertas personas creen no es sentirse superior que los demás y poner cara seria. Yo al menos hoy, maduraré a mi manera. Así que mejor dejar a la música hablar, que lo hace mejor que yo.
Y hoy, como una especie de novedad, dos versiones de una misma canción. Para que podáis escoger la que prefiráis. Que ahora que se acerca Semana Santa hay que ser bueno con el prójimo y todas esas cosas.
Lucha de gigantes, convierte el aire en gas natural
Hoy es también el día de las guerras internas. Ese día en el que una parte dice sí, y la otra todo lo contrario. Es un día que debería ser marcado en el calendario por siempre. Fiesta nacional, por ejemplo. 'El día de las dudas existenciales', 'El día de los dilemas sentimentales'. No sé, cosas así. Una lucha tan fuerte, tan destructiva y caótica, que acaba destrozando todos los esquemas que teníamos planteados. Y apenas es el principio de la tormenta.
Un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar
La lucha lleva a la madurez. Es de las pocas guerras que lleva a ello. La guerra espiritual. Acabamos tan rotos, tan agotados, que lo único que nos queda es lamernos las heridas, pensando en lo que vamos a hacer. ¿Pero qué hacer cuando ningún camino es correcto, cuando todas las decisiones que tomemos marquen el rumbo de nuestras vidas. Puede que no existan armas reales, ni dolor físico, pero cualquier guerra que se libre en nuestro interior tiene siempre un efecto devastador.
En un mundo descomunal siento mi fragilidad
Pero... si ser maduros significa entrar en un mundo maduro, ¿estamos realmente preparados? ¿De verdad todos los años en la escuela, formándonos, nos han preparado para crecer? ¿Somos lo suficientemente fuertes como para soportar ser adultos y las responsabilidades que ello conlleva? Somos juguetes intentando imitar a personas, nada más. Niños pequeños perdidos en el laberinto del crecimiento, físicamente incapaces de encontrar su camino. No hay nada que hacer.
Me da miedo la enormidad donde nadie oye mi voz
Y, perdidos, solos, tenemos que crecer. Sin la ayuda de nadie. Tenemos que tomar nuestras propias decisiones, equivocarnos las suficientes veces como para comprender los riesgos y actuar en consecuencia. Hoy es el día en el que tenemos que madurar para poder seguir adelante. Si no lo hacemos... mejor ni pensarlo.
No sé contra quién voy ...
...o es que acaso hay alguien más aquí?
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