17 de febrero de 2011

Imperfección sexual

Para todos los que estén esperando una página llena de sexos, desnudos y posturas para prolongar el placer de tu pareja, me temo que hoy no estáis de suerte. Lo máximo que vais a ver en esta página, son a los dos tortolitos de al lado después de su sesión de arrumacos.

 Sexo. No el que nos pretenden vender desde la industria pornográfica, hombres musculados a base de pastillas y mujeres con las tetas desproporcionadamente grandes, ni el que nos enseñan cuando somos pequeños, ese momento vergonzoso en el que nos explican de dónde venimos, y rompen de una vez por todas nuestra inocencia infantil y comenzamos el proceso de madurez, para luego mandar toda esa madurez a la mierda en la adolescencia. No quiero hablar sobre ninguna de esas distintas formas de ver el sexo.

Se trata, no solamente de sexo, sino de instintos. Lo que nos dicen las entrañas. De esa sensación que nos obliga a no hacer lo correcto, incluso cuando nos damos cuenta de que nos estamos equivocando. Los instintos, son los que, no solamente nos hacen poner el dedo en la llaga, son los que nos instan a coger esa herida, abrirla y echarle sal por encima.


Todos tenemos una visión distinta de lo que es el sexo. Para algunos, es la sublimación de algo más, ya sea una noche de romanticismo, o el cenit de la pasión adolescente. Para otros, es algo sucio, pecaminoso y oscuro, pero que disfrutan entre el silencio de las cuatro paredes de una habitación, de un baño, de un ascensor. O simplemente, el sexo es para algunos, una cita perversa en un fin de semana para olvidar los problemas de la semana y acallar las necesidades más humanas.

Hay mil formas de verlo, pero todas acaban reducidas a una cama, sudor, y la respiración agitada. A dos personas, completamente vulnerables, que, sin necesidad de hablar lo dicen todo. 'Estoy solo, y necesitaba compañia', 'Sólo espero que a ella le esté gustando',  'Necesito olvidarme de todo, te he dicho que te quiero, pero después de esta noche no te volveré a ver'. Y millones más. Pero el sexo conlleva responsabilidades, y puede que el pensamiento que tenemos nosotros en nuestra cabeza, sea totalmente contrario al que tiene nuestro compañero. 'Eres sólo un número más en mi lista' 'Te estás esforzando demasiado' 'Creía que eras un imbécil, pero me estoy dando cuenta de lo especial que eres'.

Después del placer, después de la sensación de triunfo, de los gritos, la euforia... Queda en la mente de cada uno si esa persona que ahora está desnuda, durmiendo, sonriente por creer haber encontrado a su media naranja, o por haberte hecho feliz, es la adecuada. O solamente una distracción a nuestros problemas, un parche de nicotina, una solución rápida y fácil a la desesperación.

El sexo suele ser relacionado con los bajos instintos. Como si de magia negra se tratase, algo oscuro, siniestro, un tema no adecuado del que hablar si queremos que los demás piensen que somos respetables. Lo carnal, lo físico, está mal visto, aunque todos sientan en el fondo esa llamada desde dentro. Es mejor hablar desde la hipocresía del recatamiento a reconocer que es la pasión la que nos mueve en el fondo.

Pero sí, el sexo está relacionado con los bajos instintos. Está relacionado, cuando utilizamos a una persona capaz de entregarse en cuerpo, y por tanto también en alma a nosotros, cuando vemos el sexo como una frivolidad, algo de lo que presumir delante de los demás, algo que no tiene valor en absoluto. El sexo por el sexo. Y es entonces, cuando nos dejamos llevar por los instintos, nos convertimos en depredadores y, sin importar las consecuencias, destrozamos los sentimientos de esa otra persona, o pasamos por encima de ellos sin importarnos una mierda.

Una persona, con la suficiente confianza en nosotros como para desnudarse, de todas las formas, como para compartir algo que no comparte con todas las personas, ni siquiera con muchos de sus mejores amigos. Y no pensamos en eso, cuando, nuestros bajos instintos, nos obligan a proporcionarnos placer, al precio del sufrimiento de esa persona. Sólo en el sexo.

Un saludo muy fuerte :)

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