4 de mayo de 2011

Sujeto 29712

-Vale, ahora podemos seguir. El paciente está completamente dormido. Observe, su gesto es totalmente ridículo. Parece que se encuentra en algún tipo de trance hipnótico, inducido por su estado enfermizo. Posiblemente, se esté muriendo. Nuestros médicos, de todos los rincones del mundo, no han sido capaces de encontrar la cura a lo que le pasa. Solo sabemos, que en pocos días, él ya no estará aquí. Un mes, con mucha suerte. Observe, intenta despertar, lucha contra su enfermedad, pero no es tan fuerte. De momento, no hemos encontrado ningún tipo de solución, aunque intentamos que sufra lo menos posible. Y, a pesar de su estado, creemos que lo peor aún está por llegar.

-Disculpe, pero, ¿aún sigue vivo?-preguntas, sin siquiera pensar lo que estás diciendo-La verdad, no parece estar precisamente...bien.

-Creemos que de momento, la enfermedad no se ha desarrollado lo suficiente como para poder tratar de ayudarle. Pero nos encontramos también con que, si sigue el mismo camino como hasta ahora, morirá. Realmente, es un sujeto de estudio realmente interesante.

Cuando llegó aquí, dijo que llevaba varios días sin poder dormir. Bueno, realmente llevaba unos cuantos meses sin poder dormir. Todo en él era un errático e irrefrenable torbellino de autodestrucción. Las primeras noches, se pasaba horas sin poder conciliar el sueño. Cerraba los ojos, estudiábamos sus patrones cerebrales, pero no podíamos encontrar la razón por la cual no podía dormir.

Tampoco comía demasiado, estaba muy delgado cuando llegó. Las enfermeras solían preocuparse, su extremada delgadez era realmente horripilante. Solía pasarse las tardes mirando por la ventana, soñando con escapar de aquí. No se daba cuenta de que no pertenecía a ningún otro lugar, que su mundo empezaba y acababa en estas cuatro paredes.

Empezamos a buscar en su interior, aquellas cosas que le movían. Escribía, y pintaba. Le compramos un par de cuadernos, y los llenó en cuestión de días, esbozando algo parecido a una sonrisa. Habíamos cogido el buen camino, ahora solo teníamos que continuar con el tratamiento. No teníamos ni un solo segundo que perder.

Fue a los dos meses de llegar cuando nos dimos cuenta que estaba enfermo. Ya había llenado una gran cantidad de cuadernos de garabatos y frases sin ningún sentido. Analizarlas nos llevó tiempo, el sujeto 29712 había conseguido en muy poco tiempo una gran cantidad de cuadernos. Llegamos a contar doce, todos ellos repletos de sus anotaciones y pequeños dibujos que adornaban el borde de las hojas.

-Entonces, ¿es verdad lo que dicen de él?-sigues sin poder comprender nada, sigues confuso. Eso es lo único que consigues articular. Tu acompañante asiente suavemente, resignado.

En todos los cuadernos encontramos el mismo patrón. Algo único, desde luego, ,en estos tiempos que corren. Todos los dibujos, todas aquellas letras, llevaban a un mismo lugar. Hablaba de alguien, otra persona, posiblemente en su imaginación, pensamos. Hablaba de cosas sin sentido, cosas como amistad, cariño... Empezamos a darnos cuenta de la verdad. Aquel pequeño hombrecillo, insomne, delgaducho, aún tenía sentimientos. No se había sometido a la Extracción, seguía pensando con el corazón, en vez de con la cabeza. Nos horrorizamos, nunca habíamos visto nada parecido.

-Así qué... ¿se está muriendo de amor, doctor?-eres incapaz de contener un escalofrío.

-Sí, me temo que sí. Y ahora, nadie podrá salvarle.

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