Esta semana he decidido dejar los sentimientos a flor de piel. Con lo que eso conlleva. Y, supongo que hablar con mi pequeño demonio/ángel es parte de ello. Hablar de sentimientos, como bien sabe la gente que me conoce, no es lo que mejor se me da, ya sea porque yo no tengo de eso o porque igual tengo en demasía. Y sí, estos días hasta yo me estoy abrumando con tanto lloriqueo y tanta emoción junta. Ahora mismo soy un confundido cóctel hormonal, y esto es producto de, según ciertos artículos científicos, la adrenalina, la dopamina, la serotonina, la oxitocina y la vasopresina. Vamos, que tener sentimientos es casi como pasar un fin de semana en Ibiza.
Y... sí, en el fondo, muy en el fondo, tengo esas cosas que diferencias a los seres humanos de los demás animales. ¿Pulgares oponibles? No, todos sabemos que el panda también, aunque se trate realmente de un hue... que me desvío. Sí, tengo sentimientos. ¿Eso me convierte en humano? No del todo, pero significa que estoy a medio camino entre el panda y el ser humano. Aún así, eso, que como soy un cagado y no puedo decirte ciertas cosas a la cara, pues hago esto. Soy un panda gallina, jódete...
Supongo que imaginas porque hago esto. Aún no te has ido y parece que ya te esté intentando superar. En cierto modo es así, porque, aunque no te lo diga siempre, aunque no te lo demuestre como quisiera, sabes que ahora mismo, sin ti, yo seguiría siendo ese tímido y retraído niño inocente que....¿No cuela, verdad? Aún así, que mis pasillos se quedarán muy tristes without you. Y encima estoy mezclando lenguas. No como en las películas para adultos, aunque bueno, hay algunas en las que un chino, una francesa y un italiano...bueno, el resto te lo puedes imaginar.
Y sí, soy pésimo siendo serio, o hablando de cosas que me hagan salir de mi zona habitual de bromas y gilipolleces. Y sí, soy pésimo, porque ni siquiera soy capaz de encontrar en esta ocasión las palabras perfectas. Pero ya deberías saberlo, ya sabes que yo me esfuerzo, pero no llego. No progreso adecuadamente. Eso me convertiría en una persona normal, y ya sabemos lo que pienso sobre esa clase de personas.
Lo fácil sería decirte que no te fueses. O hacerme el duro y hacer como si no me importase, como si me diese igual. Pero, ahora, mientras escucho la banda sonora de Titanic, con ruido de fondo de bandas que hablan sobre invocar al demonio (mezclado con Camela), lo que necesito no es lo más fácil precisamente. Lo que necesito es ser sincero, hablar con mi auténtica voz, aunque haya padres o profesores alrededor.
Supongo que es raro que Satán hable de sentimientos, o demasiado común. Supongo demasiadas cosas ahora mismo, y supongo que ni siquiera sé si esto es necesario, dado que aún no está claro si te irás, y me dejarás con las fieras. Supongo que las fieras ahora mismo son lo de menos, porque ya ni siquiera son fieras, son tristes gatitos faltos de cariño. Son...ya no son nada, y es gracias a ti. Gracias a que nacimos de esta manera, como reyes sin corona. Yo soy Judas, tú eres Judas. Y ambos somos Jesucristo... Y, creo que he conocido a una María Magdalena un tanto peculiar, por cierto. Pero eso es harina de otro costal.
Y entre barnices, reinas del pop apocalípticas, muñecas rubias pertenecientes a sectas... Sé que no es el final del camino, ni mucho menos, pero me da la sensación de que a partir de ahora ya no iremos en coche. Las cosas no serán tan fáciles. Pero, ¿qué más da? Disfrutemos del paisaje, mientras tanto
No hay comentarios:
Publicar un comentario